Los fracasos fortalecen el corazón; lo hacen mas grande y preparado para cualquier otra batalla.
Caminamos, tropezamos, seguimos andando, caemos y quien se agrieta por todos esos cambios es… EL CORAZÓN. Se siente solo, maltratado, humillado, engañado, pero sobre todo, sigue enamorado; de quien un día, le dijo que lo cuidaría, que jamás le haría daño y terminó causando una catástrofe.
Hoy le doy las gracias a quien arremetió contra el, porque me hizo ver el negro de la vida, la tristeza de la noche, la obscuridad de las sonrisas, los silencios de las canciones, el dolor de trajinar esto que llaman “MUNDO”… Hoy le doy gracias a quien hizo de mi corazón, un depósito de sueños vacios esperando a ser realizados; con cajas de mentiras apiladas en una esquina, con una filtración en el techo, donde caen lagrimas torturando, a quien, en el medio, de esas cuatro paredes, esconde sus ojos para no mirar su futuro…
A ti, quien jamás tendrás la magia para encantar mi mundo, ni la suficiente madurez para afrontar sentimientos reales…
… A ti, gracias, porque con tu mediocridad aprendí, que mi vida con tu ausencia es un paraíso eternal.
Autor: Daviana Alvarado
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