Con el tiempo aprendí que se atesora más un
sentimiento expresado que un cariño ausentado.
Que el sentir que se reprime asfixia las
ganas de latir por un corazón; las ansias de besar a quien amas se vuelve un
caso improbable de ocurrir; la impaciencia de DOS no se compara con la espera
de un millón, y que el reloj en un tic
tac se lleva un poco de esa ilusión.
Ahogar las palabras es matar tu alma, es
callar lo poco que puede liberar ante lo mucho que puedes lograr, es teñir de
olvido lo que te hace feliz, y predicar lo que en un mañana recriminaras por no
admitir una actitud.
Libérate de lo que sientes, no hay que
temer a lo que te hace feliz, a lo que te hace pensar por horas y horas y te
deja como resultado múltiples sonrisas, no cambies dulces placeres por amargos
recuerdos, no quemes en la memoria el residuo de tus incertidumbres afectivas
que te sofocan la vida.
“Si todos actuáramos con los pensamientos
conectados al corazón, no hubieran tantos labios mordiéndose en la soledad de
un anhelo, no existirían dudas que
causen tristezas, no se escondieran emociones
en la oscuridad de cuatro paredes que te hacen alimentar un sentimiento, ni se conocieran los que hoy son tan comunes AMORES A DESTIEMPO”.
Autor: Daviana Alvarado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario