Mi querido ausente, te he recordado mucho estas últimas horas, en las que tu presencia no se ha paseado por mis sentidos para expresar su viva alegría; debes estar con quien elegiste seguir tu vida, no te culpo, vale mas un suspiro paternal, que abrazos que se diluyen con las horas, jamás me podría comparar con una nueva vida que esta por llenar este mundo, tu mundo.
He analizado muy tímidamente nuestra historia, aun no he llegado a ninguna conclusión, solo se, que al sumar y al restar, el total siempre será estar enamorados. Es una explicación audaz de mi parte, pero se, es la mas realista que se le puede dar a la mención de un nosotros.
Le haces falta a mis segundos; esos que aunque escasos saben llenar mis días más que las propias horas, los que sabias manejar para hacer de mis sonrisas eterna admiración para tu ser; esta claro, el que no estés presente es una dificultad grande para avanzar, con agravantes de lágrimas que caen sobre los escritos que hoy buscas leer en la oscuridad de cualquier rincón. La simplicidad de los detalles que compartimos no se borran en el camino, son la base de lo que realmente vale la pena archivar dentro de ti.
Hoy estoy un poco apagada de ánimos para seguir, debe ser la falta de comprensión del entorno plástico donde me encuentro; me queda la admiración de esa ultima fotografía que enviaste días pasados, en la que se enmarca una avenida; esa avenida que grabó nuestros pasos, que registro maravillosos recuerdos, donde los sentimientos comenzaron a salir de tu pecho, en donde tu mirada comenzó a brillar sin temor a ser descubierta, fue toda una experiencia celestial que no podrá abandonar nuestros recuerdos.
Tú eres, quien me enseño a amar en libertad, con la FE de que existe un nosotros a pesar de todo; hiciste magia en mi vida desde la primera vez que decidí darte espacio en mi mundo, alejaste todos mis temores pasados. Tus heridas me hicieron fuerte, me engrandecieron como persona y comencé a cambiar, hice uso de la tristeza para embellecer el sentimiento que esta presente. Le di gracias a Dios por darte cabida en mis días, por bendecirme con este ilógico amor a destiempo, ese que llego cuando no se buscaba, cuando se planeaba un futuro sin nuestra presencia.
Eres parte de mi, estas inherente a mis sentidos y aunque los vientos no te traigan aqui, sabrás que, en algún lugar existe una gota de amor para vivir.
Eternamente… quien te ama D.A.C!
Autor: Daviana Alvarado
No hay comentarios:
Publicar un comentario