Casi como nada es lo que ella me niega…
Es valentía con lo que esta bañado su corazón; es fuerza, el espíritu
que emana, es un seguir adelante saltando una y otra vez obstáculos que en el camino
encuentra.
Es una determinación en
la vida que la hace grande, es su fría mirada que la hace única y su constante
apoyo que la hace incomparable.
Es un consejo oportuno que me mantiene en tierra, es un silencio
espeso que controla mis tristezas y un
dialogo elocuente que refleja mi terquedad.
Es la contrariedad de sus palabras, es su entrega inagotable, es
el cansancio de sus noches que me hacen admirarla.
Es la razón que siempre tiene, es el querer que siempre me da,
es su promesa de siempre estar, es mi madre que me ama sin ningún pesar.
Es un agradecimiento un poco tonto, quizás ilusorio para su ser,
pero no encuentro otro modo de presentar al mundo un maravilloso ser… Mami la
llamo yo, su madre le puso “Isabel”.
Autor:
Daviana
Alvarado
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