El mayor temor de un alma que
esta profundamente enamorada es no llegar a sentir nuevamente inmensidad en su
camino.
El temor persigue en cada
paso cuando ves que te estas entregando
a lo convencional, a lo que juraste no conformarte hace un tiempo atrás.
Sonrisas a tiempo, abrazos
placidos, diálogos entrenados, sorpresas esperadas; la ilusa mente enterrada y
ahogada en el pasado, mis dedos buscando tu espalda para dibujar un sentimiento,
y el amor suplicando ser liberarlo de esta historia.
Momentos enmarcados en la
sociedad, diplomacia en mis emociones, simplicidad en mis gestos; bendita
memoria que se transporta a caminar sin dirección. Esa mirada que se clavo en
la mía; sin hablar gritabas tantas cosas, hoy no comprendo a Dios, o quizás, el
no nos entiende a los dos.
Resignación, entrega a quien
ocupa la razón, sin implicar protocolos, sin registrar reproches, olvidando el
amor, consiguiendo un poco de comprensión entregando lo único especial que
cuidabas.
Vida que marcas las horas,
escribe en tus memorias la historia de la conformidad, escribe de espacio, pero
sin tantas pausas que puncen los minutos…
… escríbelo todo, pero sin amor.
Autor: Daviana Alvarado
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