Los años llegan a mi vida
marcando sentencias de tiempo, recordándome todo lo que he logrado, lo que he
dejado y todo en lo que fracase.
Vida que me engrandeces
lo dulce del camino, guías mis pasos a senderos benditos enviados por Dios;
nada olvido, nada cambio.
Vida que escurres en días
grises mis tristezas, esas que se enmarcan en mi alma para no olvidar de dónde
vengo y a donde voy; lo que tuve y lo que obtendré.
Ahora que el tiempo
golpea a mi espalda celebrando junto a mí un año más de existencia sonrío, para
agradecer tantas bendiciones que alegran mi presencia, tantas caídas que ampliaron
mis fuerzas… tantos nada que me hicieron mejor persona en el silencio.
Vida mía, bendita y amada
vida; golpeada, cuestionada y abrumada vida, eres grande en la bajeza del
infierno, eres poesía en el cielo, eres un regalo, de mi adorado Dios.
Gracias vida!
Autor:
Daviana Alvarado
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